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El , fue fundado en 1997, y desde sus inicios trabaja con doble ubicación, en Madrid y Barcelona.  Actualmente, descolla por el desarrollo de proyectos de vasta complejidad, donde sostenibilidad, flexibilidad funcional e imbricación en el tejido urbano son divisa. Entre ellos figuran la Nueva estación intermodal de alta velocidad La Sagrera de Barcelona, la Nueva Estación de Chamartín en Madrid, o la Nueva sede del Servei d’Emergències Mèdiques de Cataluya (SEM).

A "b720 Fermín Vázquez Arquitectos" se debe también el proyecto de remodelación de La Casa de la Luz, flagship de la marca Simon en Madrid, otro edificio histórico edificado en la segunda mitad del siglo XX, en el que revalorizaron su estructura.

-¿Cómo afrontasteis el proyecto de rehabilitación de la antigua fábrica de Simon, para reconvertirla en sede corporativa?

- Cuando visitamos por primera vez el antiguo edificio del Poblenou, vimos que lo más importante era preservar su estructura industrial. Desde el punto de vista de la envolvente, recuperar era lo principal. Hemos querido enfatizar su fachada estructural de hormigón, que es esbelta y ya funcionaba como un diafragma.  fue mirar al futuro, haciéndolo desde un edificio preexistente. El objetivo era hacer realidad esa vocación de excelencia de Simon a partir de una historia centenaria.

-¿De qué modo habéis logrado enfatizar la fachada preexistente?

-Todos los elementos de hormigón se han mantenido,  reparado y se expresan tal cual son. No queremos ocultar esta reparación. Sino todo lo contrario, que la imagen del edificio sea a través de ella. La construcción era de los años 50 y el hormigón no estaba en mal estado. Pero ocurre que nos encontramos cerca del mar, y actualmente los recubrimientos de hormigón son más severos. Se ha reparado con cuidado, pero desechamos una pintura final (como propuso el constructor), para manifestar la imagen del hormigón original y sus rastros.

-Es significativa la transparencia de las fachadas. Y la trama de la estructura con su ritmo regular.

-Nos hemos dedicado a trabajar el hueco. Los antiguos antepechos con barandilla de obra lo hacían opaco. Se ha vaciado todo el hueco y generado un nuevo elemento: un casete con cerramiento de vidrio que optimiza la entrada de radiación solar y se replica en toda la fachada. Así maximizamos la iluminación natural interior. Las barandillas de las aberturas son todas de vidrio.  

-El casete es un elemento eminentemente técnico.

-Se podría decir que este casete es casi un mecanismo complejo y tecnológico como los que hace Simon, que se insertan en una base. Pero en nuestro caso, a mayor escala. El casete está formado por una superficie estriada de aluminio mate lacado, en un tono similar al hormigón. Retrasado respecto los pilares de hormigón, da protagonismo a la estructura originaria del edificio. Las estrías tienen un componente estético de detalle, pero igualmente pragmático: rompe el posible alabeado y rigidez de una superficie plana y evita reflejos.

El vidrio en el plano interior nos hace una sombra. Y resolvemos la radiación solar mediante vidrios de gran calidad, con un comportamiento térmico excelente. Y con alta prestación acústica.

-La planta baja también ha ganado transparencia.

- En el edificio original era muy opaca. Por logística de acceso y uso, no tenía voluntad de enseñar nada a la calle. Hemos abierto los huecos y cubierto con vidrio. Y ese mismo ejercicio permite que su actividad actual de showroom tenga visibilidad desde la calle. También adquiere sentido para la ciudad. Es un edificio más amable. No es una pared tras la que no sabes que está ocurriendo.

Actualmente el acceso principal está en el chaflán. Hemos retirado la fachada con una estructura porticada para remarcarlo. Así mismo, se han reubicado y adaptado elementos. Todo se concentra en un núcleo principal: ascensor, escaleras, servicios. Y otro patio de servicio para mercancías, cocina, etc. El resto de las plantas se han liberado para una distribución abierta de las nuevas oficinas.

 

-En la planta superior, el edificio dispone de terrazas espectaculares a disposición de los empleados.

- Somos partidarios de la ocupación de los terrados de la ciudad, creando terrazas ajardinadas para usar. En este edificio se ha tratado y potenciado como espacio exterior verde, un lugar agradable y de relax durante la jornada laboral. Desde las terrazas del SWITCH se ve el Mercat dels Encants, la Sagrada familia, la Torre de Collserola... y otros edificios emblema de la ciudad.  También se contempla la recuperación de zonas ajardinadas en las plantas superiores del Poblenou.

- Al estudiarla, ¿qué os reveló esta arquitectura fabril de la década de los 50s del siglo XX?

-El edificio original fue proyectado por el arquitecto Agustí Borrell Sensat y se construyó en dos fases. Primero, planta baja más tres en hormigón, en el año 1958. Más tarde, en 1964, se amplió con una estructura metálica subiendo las plantas 4 y 5. Era una construcción de calidad. Vimos que partíamos de un muy buen edificio, bastante profundo, aunque con dos fachadas.  Lo que permite hoy que todos los espacios de trabajo disfruten de luz natural. Se ha revelado además como un buen edificio porque se ha adaptado bien al nuevo uso.

-El nuevo edificio juega un papel de catalizador en la trasformación y cambio cultural que vive Simon, e incide en cuatro pilares: Sostenibilidad, Colaboración, Bienestar, Innovación.

¿Cómo diríais que se traducen estos conceptos en vuestra intervención?  

-Respecto a la sostenibilidad, intentamos que el edificio sea ejemplar desde el punto de vista medioambiental. Tiene una calificación energética A, e instalación placas solares. Cuenta con el sello LEED Platino, máxima certificación internacional en eficiencia y sostenibilidad. Y para nosotros también rehabilitar es una cuestión de sostenibilidad.

-Hablemos de colaboración. 

-Es una obviedad que hemos optado por un espacio abierto, por qué es lo que ha de ser. Las empresas innovadoras necesitan interactuar. La disposición incide en generar espacios de relación entre los distintos departamentos: marketing, innovación, diseño..., para que se puedan encontrar de una manera fácil y ágil. En el nuevo edificio están estratégicamente situados y disponen de espacios libres, con distintos grados de formalidad para reunirse: desde la mesa de trabajo, a zonas más informales para un breack, o hablar sin planificar en medio de una planta.

En las salas de reuniones de 4, 6, 8 personas, se da una colaboración más estructurada. Y hay salas individuales para videoconferencias totalmente insonorizadas. Pero la privacidad no es el objetivo principal. La cantina y las terrazas son también zonas muy abiertas que favorecen este tipo de interacción informal.

-¿Qué entendéis vosotros por  bienestar en el espacio de trabajo?

El bienestar tiene que ver con aspectos como la luz natural, maximizarla o impedir que moleste la radiación directa. También con presencia de vegetación en el edificio. No solo en terrazas. Se ha de humanizar la arquitectura. La acústica interior general es otro aspecto muy importante.  Tiene que ver con espacios holgados. Con la cantina, en la planta superior, uno de los mejores espacios del edificio de uso para los empleados. También dispone de gimnasio, o un bar en planta baja, junto al  patio  que es muy agradable. 

Se trata de generar más entornos de confort para el usuario y atraer talento. Que quieran venir a trabajar a Simon porque en sus oficinas se cuida a las personas. No es una empresa anclada en el pasado. En una ciudad como Barcelona, estos objetivos podemos decir que deberían ser ya de obligado cumplimiento. El edificio ha obtenido la certificación WELL, que evalúa un centenar de parámetros, enfocada al bienestar del empleado.

-La innovación es uno de los emblemas de Simon.

-La innovación tiene muchas facetas, y engloban mucho de lo ya dicho. La propia nueva sede es un lugar donde se innova. En la planta 1 está la gran sala con goniofotómetro, de 4 m de altura, donde se certifican las cualidades lumínicas de cada luminaria. La sala MSC con la cámara anecoica, mide la radiación electromagnética de cualquier dispositivo electrónico y certifica su inocuidad para las personas. La innovación en producto se hace desde aquí. Hay un liderazgo en producto y diseño.

 

-¿Podemos hablar de innovación en técnicas de rehabilitación?

-En este edificio se ha industrializado la fachada.  Está bien mencionarlo respecto a los procesos constructivos en su globalidad.

 

-¿Qué ha inspirado vuestro proyecto?

-Por una parte ya hemos mencionado la significación de la propia estructura original. 

Por otra, está el desarrollo del casete: un mecanismo tecnológico repetitivo que cumple todos los requisitos medioambientales, igual que los mecanismos cuadrados que produce Simon, pero a otra escala. La nueva intervención representa la precisión extraordinaria de los productos de Simon. Hay una relación entre su producto y el edificio, que establece este dialogo.  La sede corporativa siempre tiene que decir algo de la marca. Sin hacer un edificio azul, esa expresividad se produce mediante la pieza de cerramiento, que es el casete, diseñada al milímetro. Con un guiño al origen de Simon. 

-Como arquitectos, ¿qué significación tiene para vosotros rehabilitar espacios existentes, darles segundas vidas?

-Rehabilitar es fundamental para preservar la actividad humana en el futuro. Hemos de construir bien para que los edificios duren mucho. Y este edificio lo ejemplifica. Rehabilitar no es el futuro, es el presente. La decisión de rehabilitar es en sí misma una opción sostenible. En este caso también contribuye a preservar el patrimonio industrial. Los edificios han de proyectarse para tener varios usos. Concepciones flexibles que puedan reutilizarse y transformarse en otras cosas.

-¿Cuál creéis que es el principal valor  que debe reflejar  la nueva sede de una  compañía como Simon a través de su arquitectura? 

-Resumido en una palabra, el valor seria ejemplar. Lo es en muchos sentidos. Es un edificio muy bien realizado que cumple con los criterios y objetivos marcados. Pero además ejemplifica perfectamente la trasformación urbana del Poblenou. Es también ejemplar por ser respetuoso con la ciudad. Desde el enfoque arquitectónico, no es una singularidad caprichosa. No persigue lo icónico, por llamar la atención. Y Barcelona agradece esta sobriedad. 

Hay que decir que en Simon ya son así. Esa alineación de objetivos entre Simon y b720 ha sido muy fructífera. Nos sentimos identificados con esta manera de hacer, en el fondo es la actitud que lo hace ejemplar.

-b720 firma la autoría de otro proyecto para Simon,  La Casa de la Luz, su espacio insignia en Madrid, en un edificio de 1967-1975 de Fernando Higueras. Ambas son reformas.

- En realidad este proyecto fue antes que el de La Casa de la Luz de Madrid. Pero la ejecución cambio el orden. En ambos, el respeto y revaloración de la estructura es un punto en común.

En el proyecto de Barcelona, Simon nos llamó y nos dijo: tenemos un edificio y queremos hacer una modificación de planeamiento. Algo en lo que ya teníamos experiencia. Aunque también llamaron a otros estudios de arquitectura.

Finalmente nuestro proyecto gusto por su sinceridad y la propuesta de trasformación de un edificio fabril en oficinas como un ejemplo del propio cambio del Poblenou y la preservación de la memoria industrial del barrio.

-Vuestro estudio ha vivido muy de cerca la transformación de Poblenou. Sois autores del nuevo edificio de Els Encants de Barcelona, con su emblemático techo espejado. Desde el punto de vista del urbanismo y la arquitectura, ¿cómo valoráis ese tránsito de barrio fabril a distrito de innovación y conocimiento.

-Más allá de cada edificio, Poblenou es una zona pionera en ser peatonal. Y es la tendencia, pues va a desaparecer el coche. Estamos en un periodo de trasformación. Es una obligación medioambiental. También para crear calidad de espacio para los ciudadanos, con un espacio público más amable.