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Series de mecanismos
La magnitud de la emergencia climática hace necesario abordar este problema desde todos los aspectos implicados y, de todos ellos, el transporte es uno de los que más influyen en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Debido a esto, son muchas las políticas y soluciones que se están implementado para promover una movilidad sostenible, que sea responsable con el medio ambiente, y que reduzca su emisión de GEI. En este contexto surgen diversas iniciativas. Como la del impulso del vehículo eléctrico, una alternativa ecológica que además se presenta como una de las mejores soluciones para los desplazamientos urbanos.
Al hablar de movilidad sostenible se está haciendo referencia al conjunto de medidas y formas de transporte destinadas a realizar dicho transporte reduciendo al mínimo, o directamente eliminando, el impacto negativo de emisiones en el medio ambiente. Dentro de la movilidad sostenible se encuentran alternativas de tipo muy variado. Algunas tan sencillas como ir andando o en bicicleta, y otras que requieren de una infraestructura mayor, como puede ser el transporte público.
Además, dentro de la movilidad urbana, ha cobrado una importancia especial el uso del vehículo eléctrico, que constituye una alternativa a los coches de combustión, y que es respetuosa con el medio ambiente y con la salud de los ciudadanos, ya que su implantación en las ciudades puede convertirse en un aliado fundamental contra las enfermedades respiratorias derivadas de la contaminación del aire.
"Cada vez más empresas, están ampliando sus infraestructuras de recarga para trabajadores del propio centro"
Headquarter de Nestle en Esplugues
El automóvil eléctrico presenta una serie de ventajas importantes respecto a los coches de combustión, y son las que lo convierten en una alternativa muy recomendable en la lucha contra la contaminación y el cambio climático.
Aunque puede sorprender, los primeros prototipos de vehículos eléctricos datan del siglo XIX. Sin embargo, debido a que estos vehículos eran costosos de fabricar y contaban con una autonomía muy corta debido a las baterías de la época, pronto cedieron el terreno al vehículo de combustión, que se impuso como el automóvil imperante durante todo el siglo XX. Esto supuso que, a partir de 1940, la industria original del coche eléctrico desapareciera por completo.
Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX, los problemas que planteaba la contaminación en las ciudades, así como los nuevos descubrimientos relativos al impacto que los GEI estaban teniendo en el planeta, hicieron que las compañías automovilísticas retomasen la idea del coche eléctrico como alternativa al vehículo de combustión. De esta forma, la industria del coche eléctrico reapareció en el mercado, y fue justo en 1996 cuando General Motors lanzó al mercado el que está considerado como el primer vehículo eléctrico moderno: el General Motors EV1. A partir de entonces, la industria del vehículo eléctrico fue desarrollándose y diversificándose hasta convertirse en lo que es hoy en día, una de las alternativas de movilidad sostenible más prometedoras de la actualidad.
Al hablar de un vehículo eléctrico se está haciendo referencia a coches que funcionan haciendo uso de la electricidad como fuente de energía. Sin embargo, también existen vehículos que hacen un uso combinado de electricidad y combustibles fósiles (gasolina o diésel), que son los denominados vehículos híbridos.
Esta es una de las cuestiones que más interés despierta respecto a los vehículos eléctricos. Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todos los coches eléctricos son iguales, por lo que la duración de la batería de un coche eléctrico dependerá, en gran medida, del modelo de coche y de batería.
Partiendo de esta base, se puede considerar que, actualmente, la media de recarga de una batería de coche eléctrico se sitúa en torno a unos 375- 400 km de autonomía si la carga es completa. Esto supone una autonomía más que suficiente para la mayoría de los usuarios que utilizan el coche a diario (principalmente para ir a trabajar).
Sin embargo, sí que puede ser insuficiente en el caso de los viajes largos. No obstante, hay que tener en cuenta que, en estos mismos viajes largos, suele ser necesario parar a repostar gasolina en el caso de los coches convencionales, por lo que basta con localizar previamente una “electrolinera”, o punto de recarga para coche eléctrico, que permita conectar el vehículo eléctrico para recargar la batería (igual que se haría con una gasolinera convencional).
Las baterías actuales de este tipo de coches cuentan, cada vez más, con cargas más rápidas y eficientes, lo que puede permitir que en unos 30 minutos (el tiempo aproximado que se puede tardar en una parada de un viaje para ir al servicio y tomar un café) se realice la recarga del vehículo eléctrico con energía suficiente como para continuar el trayecto sin ningún contratiempo.
Además, otro aspecto importante que conviene tener en cuenta a la hora de hablar de las baterías de los coches eléctricos es su vida útil. Las baterías, como cualquier otra pieza de cualquier vehículo (eléctrico o convencional) se desgastan con el uso. Cuando esto sucede, lo que hay que hacer es sustituir dicha pieza por una nueva. En el caso de las baterías actuales de los automóviles eléctricos, se calcula que la vida útil de estas baterías se sitúa de media en unos 3.000 ciclos de recarga completa del vehículo eléctrico. Lo que significa que, suponiendo que un conductor utilizase el coche eléctrico a diario, y que cada día consumiera por completo la carga de la batería, la batería tendría que ser sustituida como pronto cada más de 8 años.
Los motores eléctricos funcionan gracias a las interacciones electromagnéticas producidas por el mecanismo del vehículo. Las partes con las que cuenta un coche eléctrico son: el propio motor, el sistema regulador, el reductor de velocidad y el diferencial. Además, un vehículo eléctrico también cuenta con las baterías, que son las encargadas de almacenar la electricidad que absorberá el controlador, lo que permitirá que todo el vehículo se mueva cuando se aprieta el acelerador.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los coches eléctricos pueden funcionar tanto por corriente continua como por corriente alterna. Lo que se concreta en 4 tipos de motor eléctricos diferentes (3 motores de corriente alterna y 1 de corriente continua).
El coste de la recarga de la batería de un coche eléctrico dependerá tanto del modelo de batería como del precio que se esté pagando por la electricidad en el momento concreto de la recarga, por lo que es importante tener en cuenta la optimización energética y el tipo de contrato de servicio de suministro eléctrico del que se dispone.
En cualquier caso, se trata de un coste que está muy por debajo del precio que se llega a pagar por el diésel, y mucho más bajo que el que se paga por la gasolina. Por lo general, se suele considerar que el coste de la recarga de un coche eléctrico tiene un precio medio de 1 € por cada 100 km. De este modo, una batería que cuente con una autonomía media de 200 km supondrá un gasto de 2 € por cada ciclo completo de recarga que se realice.
Instalar un punto de recarga en un garaje privado es muy sencillo. De hecho, es habitual que, en el momento de comprar un coche eléctrico, en el mismo concesionario aconsejen al comprador sobre las opciones disponibles para su instalación. Dependiendo del tipo de toma, será necesario un tipo de infraestructura de punto de recarga u otra.
Por lo general, existen dos opciones muy utilizadas. Por un lado, se puede optar por una toma doméstica de 16A con un cargador para vehículo eléctrico tipo Schuko con toma de tierra (recarga con un máximo de potencia de 2,3 kW). Por otro, también se puede optar por un punto de recarga tipo wallbox o base mural y que cuente con un circuito de recarga exclusivo para el vehículo (recarga con un máximo de potencia de 9,2 kW).
El coste de instalar un punto de recarga en un garaje privado suele situarse en torno a los 1.300 €, aunque este precio podrá variar según el tipo de instalación y de la longitud del cableado que sea necesaria. Por lo general, se puede decir que la instalación de un punto de recarga individual para vehículo eléctrico nunca suele superar los 1.500 € y, la mayoría de las veces, lo habitual es que el precio sea menor.
Instalar un punto de recarga en un garaje privado es sencillo pero, cuando se trata de hacerlo en un garaje compartido, suelen surgir más dudas. Sin embargo, instalar un punto de recarga en un garaje comunitario es también muy fácil, ya que, además, la legislación al respecto facilita el proceso para los vecinos que quieren hacerlo.
En este sentido, lo primero que hay que tener en cuenta es que la Ley de Propiedad Horizontal, en el artículo 17.5, describe cómo se tiene que llevar cabo la instalación de un punto de recarga de un coche eléctrico para uso privado en un garaje comunitario. Esta norma, que es la que rige los aspectos relativos a este asunto, expone que el único requisito que tiene que realizar la persona interesada para poder instalar un punto de recarga privado de vehículo eléctrico en un garaje comunitario es comunicarlo previamente a la comunidad (lo que se puede hacer a través del presidente o el administrador correspondiente). Los costes de la instalación serán asumidos por el vecino interesado, y el cargador se ubicará en la plaza individual del mismo. En este caso, el coste será similar al de la instalación de un punto de recarga de coche eléctrico en un garaje privado.
No obstante, en el caso de que sea necesario realizar una conexión de la derivación eléctrica a un contador comunitario, o si la instalación requiere realizar una preinstalación en el edificio en su conjunto, sí que será necesario contar con la autorización pertinente por parte de la comunidad.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que, debido a que los coches eléctricos cada vez son más comunes, puede interesar que se valore la posibilidad de que la comunidad en su conjunto realice la preinstalación de los puntos de recarga en el garaje comunitario o centro comercial. Esto resultará más económico y, a medida que los distintos vecinos vayan optando por escoger vehículos eléctricos, se podrá completar la instalación del punto de recarga de forma individual.
El coste de un coche eléctrico dependerá de muchos factores, como el tipo de vehículo en cuestión (eléctrico, híbrido o híbrido enchufable), la potencia del motor, la marca del fabricante, el modelo del coche en cuestión, los accesorios incluidos, etc. Hoy en día se pueden encontrar opciones bastante accesibles desde unos 20.000 €, y otros casos en los que el coste puede llegar a superar los 100.000 € cuando se trata de vehículos de alta gama.
Algunos de los modelos más comercializados y que presentan una mejor relación calidad-precio son los siguientes:
No obstante, aunque los precios de los coches eléctricos sean superiores a los de los vehículos convencionales, su fiabilidad y ahorro posterior compensan la inversión inicial que se realiza en la compra. Además, también hay que tener en cuenta que son muchas las Comunidades Autónomas que facilitan las condiciones de compra a través de programas de financiación, por lo que es recomendable consultar la vigencia de este tipo de ayudas antes de realizar la compra.